Italia

El fútbol italiano se ha caracterizado a lo largo de la historia por ser un fútbol poco vistoso, muy aguerrido y con pocos espacios para atacar. El famoso «Catenaccio», sistema de juego instalado en Italia que tuvo su auge en la década de 1960, implementaba una línea de cinco defensores, y este es uno de los motivos por los que se cataloga al fútbol italiano como poco audaz. Sin embargo, al ser una de las ligas con mayor poderío económico los clubes adquieren a los jugadores más habilidosos del mundo, lo que le termina dando a la Serie A una jerarquía difícil de encontrar. A su vez, Italia es uno de los países más exitosos a nivel selección en la historia, ya que es el segundo país que más mundiales conquistó (1934, 1938, 1982 y 2006).

COMPETENCIAS

Si se desea disfrutar del fútbol vistoso, es necesario acudir a Italia y a sus diferentes competiciones. Y es que allí hay equipos con historia, con planteles y con excelentes técnicos. Para los fanáticos del fútbol, posiblemente el clásico de Milán sea el más apasionante o el derbi de Italia entre la Juventus de Turín y el Inter.

El abanico es amplio, y también se puede disfrutar de una Serie B realmente competitiva en todos sus aspectos.

Derbi de Italia

Este es el nombre que recibe el partido de fútbol en el cual se miden los dos equipos más grandes de Italia: Juventus de Turín e Inter de Milan. El primer enfrentamiento data de 1909 y desde aquel entonces disputaron un sinfín de partidos tanto en la Serie A, como en la copa Italia.

Otro clásico para agendar: el Derbi de Roma

El Derbi de Roma es como lo definen al partido en donde se miden la Roma ante la Lazio. Este encuentro está catalogado como el más feroz entre ciudades de Italia, por encima de otros clásicos. Este duelo ha sido testigo, históricamente, de grandes peleas entre las aficiones de ambos equipos, como así también de banderas racistas.

Fútbol femenino

Además de los torneos mencionados, se disputa fútbol femenino en donde 12 equipos se enfrentan con un sistema de todos contra todos, primero de local y luego de visitante.